¿De dónde venimos?
Desde hace años, mujeres vinculadas a las organizaciones y colectivos promotores de Etxalde – Nekazaritza Iraunkorra reivindicaban la situación de desigualdad de las mujeres en el primer sector, así como su papel histórico en la producción y transformación de alimentos y en la transmisión de los saberes y cultura campesinos.
Siguiendo sus pasos, desde el nacimiento de Etxalde, se conformó Etxaldeko Emakumeak, un grupo abierto de mujeres baserritarras, mujeres rurales y mujeres militantes por la soberanía alimentaria. Un momento importante que unió y consolidó el grupo fue el paso por Euskal Herria en 2015 de la Caravana de la Marcha Mundial de las Mujeres (con el lema “nuestros cuerpos, nuestros territorios”), en la cual, las semillas fueron el símbolo de unión entre mujeres, territorios, saberes y cuidado.
Vivimos este momento como una oportunidad para fortalecer la presencia de las mujeres baserritarras y aliarnos con los movimientos feministas. Movilizamos cientos de mujeres baserrritarras que donaron semillas procedentes de los 7 territorios de Euskal Herria y que ellas mismas conservan y reproducen en sus proyectos productivos. Se creó un banco de semillas campesinas, diversas y locales que marcó un precedente. Esto visibilizó la apuesta de muchas mujeres por generar alianzas y la disposición de las mujeres baserritarras de aportar a la construcción colectiva cuando se generan los canales adecuados para ello.
Desde el 2015 hasta la actualidad, Etxaldeko Emakumeak ha ido creciendo, nutriéndose de incorporaciones de otras mujeres y definiendo su filosofía y sus objetivos. Así se ha creado un grupo motor en Bizkaia, conectado con compañeras de otras provincias, con el deseo de que se generen otros grupos autónomos y coordinados en distintos territorios de Euskal Herria.
¿Qué queremos?
Gran parte de nuestro trabajo en estos años ha sido conocernos, apoyarnos, reflexionar sobre nuestra situación como mujeres productoras de alimentos y construir un discurso que nos una y en el que nos reconozcamos las unas a las otras. El proceso de reflexión interna ha facilitado la construcción de una agenda política realista que atienda a las necesidades y promueva los derechos de las mujeres baserritarras y el derecho a una alimentación sana, local y soberana.
Resumimos nuestros objetivos, valores y sueños en dos retos:
Contagiar de feminismo a la soberanía alimentaria y contagiar de soberanía alimentaria al feminismo
De nuestras reflexiones y prácticas, y de compartir y fijarnos en el camino de otras mujeres de otras latitudes (mujeres de La Via Campesina, indígenas, el movimiento negro...), hemos ido creando lo que llamamos agroekofeminismo: un concepto en permanente construcción, que pone en el centro la vida, y en el centro de la vida, la alimentación.
Las mujeres que estamos hoy en día impulsando un sistema alimentario basado en lo pequeño, sostenible, arraigado a nuestros territorios, en torno a la producción de alimentos (agricultura, ganadería, pesca, comedores colectivos, en los hogares, colectivos de consumo...) tenemos diversos perfiles y formas de vida, y creemos que esta diversidad es una oportunidad para enriquecernos. En el centro de nuestra identidad estamos las mujeres baserritarras y desde esta doble identidad, como mujeres y como baserritarras, queremos contribuir a la construcción de la soberanía alimentaria con una mirada feminista.
¿Qué hacemos?
Trabajamos en varias líneas, que nos ayudan a avanzar frente a estos dos enormes retos:
1
Fomentamos el auzolan desde una mirada feminista, para generar alianzas entre mujeres de diversos ámbitos, valorizar el trabajo campesino y promover la acción y el cuidado colectivo.
2
Analizamos las leyes y políticas públicas que afectan a la vida de las mujeres campesinas y promovemos la reflexión y el diálogo para una construcción colectiva de las mismas, de forma que mejoren la vida de las mujeres baserritarras, y las haga protagonistas y soberanas en las decisiones.
3
Promovemos la reflexión y la formación en torno a los temas que consideramos fundamentales en la construcción de sistemas alimentarios justos y sostenibles, tanto teóricos (ecofeminismo, economía feminista, agroecología, modelos no jerárquicos de organización) como prácticos (saberes tradicionales, técnicas de elaboración y producción, gestión de los tiempos y los cuidados, autodefensa feminista...).
4
Colaboramos con compañeras de otros movimientos sociales y generamos alianzas en aquellos espacios que nos permiten ampliar y fortalecer la construcción colectiva de una soberanía alimentaria feminista.